Excelentes presentaciones del libro “El segundo amor de la ruleta”…, y más que eso, son conferencias abordadas de modo diferente y atractivas por los presentadores (aunque sin dudas), tienen puntos en común para llegar al objetivo de historias amorosas, de situaciones existenciales de personajes reales que el escritor ha escrito con alma y oficio. Los acontecimientos históricos son también de gran interés e importancia y las presentaciones en este caso quedan para la posteridad. Muchas gracias.
Querido Antonio, después de una escucha atenta de las tres intervenciones, considero que te llevas las palmas de la noche, sobre todo por la fluidez del discurso y la espontaneidad que le imprimes sin perder la trama de la “película”. Sin duda, invitas a la lectura del libro de Godo. De más está comentarte que me encantó el símil que estableces entre Miami y Corinto (contrabando incluido), aportándole contexto a las elucubraciones de Saulo de Tarso y bueno, el cierre te quedó espectacular, pasándole la cuenta a los ingleses.
Eso sí, ya entrado en materia, discrepo totalmente de la definición de Saulo que haces tuya. El amor en toda su extensión (incluido el amor romántico, el amor a la patria, el amor por las artes o los deportes) no es otra cosa que una construcción sociocultural. En realidad, aprendemos a “amar” siguiendo una retahíla de normas, costumbres, creencias y prohibiciones, que impone la moral de la época que nos toque vivir y, como toda moral se recorre o se recorta según la necesidad epocal, esas normas, costumbres y prohibiciones irán cambiando según convenga a “los macarras de la moral” (para decirlo con el poeta).
Y bueno, específicamente lo que llamas “amor loco” no es otra cosa que las pulsiones sexuales del animal humano y la necesidad de reproducción y por eso la búsqueda constante del encuentro con el otro o la otra, dada nuestra condición de especie gregaria. Desde luego, al “amor loco” también se le suman desde tiempos inmemoriales (con el sedentarismo de la Época Arcaica) las preferencias o “perversiones”, según la moral de turno, y de ahí el abanico de formas de degustarlo y las mil y una maneras de practicarlo ya sea sobre un féretro en el cementerio de París, en el baño de un bar, en el asiento trasero del auto o debajo de una mata de coco).
Por último, vale la pena subrayar que si bien Jung hizo una gran aportación a la psicología analítica contemporánea (la teoría del inconsciente colectivo) fue uno de los denominados “analistas arios” durante la larga glaciación nacionalsocialista. No sólo permaneció en Alemania acercándose obscenamente a las políticas nazis, sino que aprovechó las oportunidades laborales que la situación brindaba. De hecho, en sus cursos en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín acudían más de un “psicoterapeuta” uniformado y muy pronto colocó en el Auditorio el retrato de Adolf Hitler justo enfrente al de su “amigo” Freud, el cual, terminó desapareciendo.
En fin, reitero las felicitaciones por tu excelente exposición y dejo pendientes todas estas discrepancias para discutirlas con un buen single malt de por medio y un excelente puro a la mano, así que será hasta el próximo encuentro.
Excelente presentación, sobre todo los dos primeros, el último baja un poco el nivel, a mi modo de ver porque se quiso ajustar a los quince minutos estipulados (cosa que obviaron los primeros) y no hizo anécdotas ni introdujo otros datos que le hubieran dado color a su presentación.
He descubierto el libro en esta presentación, agradezco que el primer invitado fuese el Sr Albuquerque, porque despertó en mi el interés de leerlo, si el tercer invitado hubiese sido el primero no creo que habría terminado de ver la presentación, incluso el comentario de los 15 minutos me pareció de mal gusto. Me faltaron imagenes , proyecciones o fotos , en cualquier formato hubiese enriquecido la presentación. De todas maneras…gracias.
Madeline
Excelentes presentaciones del libro “El segundo amor de la ruleta”…, y más que eso, son conferencias abordadas de modo diferente y atractivas por los presentadores (aunque sin dudas), tienen puntos en común para llegar al objetivo de historias amorosas, de situaciones existenciales de personajes reales que el escritor ha escrito con alma y oficio. Los acontecimientos históricos son también de gran interés e importancia y las presentaciones en este caso quedan para la posteridad. Muchas gracias.
Gus Rodríguez
Querido Antonio, después de una escucha atenta de las tres intervenciones, considero que te llevas las palmas de la noche, sobre todo por la fluidez del discurso y la espontaneidad que le imprimes sin perder la trama de la “película”. Sin duda, invitas a la lectura del libro de Godo. De más está comentarte que me encantó el símil que estableces entre Miami y Corinto (contrabando incluido), aportándole contexto a las elucubraciones de Saulo de Tarso y bueno, el cierre te quedó espectacular, pasándole la cuenta a los ingleses.
Eso sí, ya entrado en materia, discrepo totalmente de la definición de Saulo que haces tuya. El amor en toda su extensión (incluido el amor romántico, el amor a la patria, el amor por las artes o los deportes) no es otra cosa que una construcción sociocultural. En realidad, aprendemos a “amar” siguiendo una retahíla de normas, costumbres, creencias y prohibiciones, que impone la moral de la época que nos toque vivir y, como toda moral se recorre o se recorta según la necesidad epocal, esas normas, costumbres y prohibiciones irán cambiando según convenga a “los macarras de la moral” (para decirlo con el poeta).
Y bueno, específicamente lo que llamas “amor loco” no es otra cosa que las pulsiones sexuales del animal humano y la necesidad de reproducción y por eso la búsqueda constante del encuentro con el otro o la otra, dada nuestra condición de especie gregaria. Desde luego, al “amor loco” también se le suman desde tiempos inmemoriales (con el sedentarismo de la Época Arcaica) las preferencias o “perversiones”, según la moral de turno, y de ahí el abanico de formas de degustarlo y las mil y una maneras de practicarlo ya sea sobre un féretro en el cementerio de París, en el baño de un bar, en el asiento trasero del auto o debajo de una mata de coco).
Por último, vale la pena subrayar que si bien Jung hizo una gran aportación a la psicología analítica contemporánea (la teoría del inconsciente colectivo) fue uno de los denominados “analistas arios” durante la larga glaciación nacionalsocialista. No sólo permaneció en Alemania acercándose obscenamente a las políticas nazis, sino que aprovechó las oportunidades laborales que la situación brindaba. De hecho, en sus cursos en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín acudían más de un “psicoterapeuta” uniformado y muy pronto colocó en el Auditorio el retrato de Adolf Hitler justo enfrente al de su “amigo” Freud, el cual, terminó desapareciendo.
En fin, reitero las felicitaciones por tu excelente exposición y dejo pendientes todas estas discrepancias para discutirlas con un buen single malt de por medio y un excelente puro a la mano, así que será hasta el próximo encuentro.
Gladys Mederos
Excelente presentación, sobre todo los dos primeros, el último baja un poco el nivel, a mi modo de ver porque se quiso ajustar a los quince minutos estipulados (cosa que obviaron los primeros) y no hizo anécdotas ni introdujo otros datos que le hubieran dado color a su presentación.
Ana Conunasolan
He descubierto el libro en esta presentación, agradezco que el primer invitado fuese el Sr Albuquerque, porque despertó en mi el interés de leerlo, si el tercer invitado hubiese sido el primero no creo que habría terminado de ver la presentación, incluso el comentario de los 15 minutos me pareció de mal gusto. Me faltaron imagenes , proyecciones o fotos , en cualquier formato hubiese enriquecido la presentación. De todas maneras…gracias.